El otro día una amiga me contó que ella aun permanecía metida en el closet. Se me vinieron a la mente tantos recuerdos...
Y es que en un principio se vuelve eterna la sensación y el ahogo del armario. Cuánto me costó a mi salir de mis miedos. Y es que la sociedad te enseña desde chica ha seguir ciertas reglas y condiciones que te limitan y te crean miedos retorcidos cuando te das cuenta que vas en un camino distinto al resto y hasta prohibido...
El sicólogo fue mi primera etapa superando mas que nada los miedos de mis padres. Sólo el tiempo bastó para que estos se diaren cuenta que yo era felíz, siendo como soy y que el sicólogo era un gasto innecesario.
De a poco lo acepté yo y mis padres. mis amigos y familiares y hasta encontré un primo hermano Gay.
Las cosas se dan solas y te das cuenta que poco a poco la gente que te ama te acepta tal cual eres. Es el gran detalle de la vida que con el tiempo se vuelve invisible. Hasta lo he olvidado y es que mi vida es tan normal como la del resto. El closet nunca existió sino esos miedos que te provoca tu entorno. Ese entorno que sólo le falta tiempo para aprender. Porque todos aprendemos a aceptar, a conocer, a amar.